Obra:
“Sólo llamé para decirte que te amo”
Calificación:
BUENA
Dramaturgia: Nelson
Valente
Dirección: Nelson
Valente
Sala: Teatro Picadero
(Pasaje Santos Discépolo 1857 – CABA), los martes a las 20:30.
Duración: 70 minutos
Elenco: Mayra Homar,
Agustina Sanguinetti, Juan Pablo Kexel, Puchi Labaronnie, Ramiro Delgado, Guido
Botto Fiora, Julia Eva Saggini.
El dicho “los tuyos, los míos y los nuestros” suele
remitirnos a blancas comedias familiares hollywoodenses, la obra “Sólo llamé
para decirte que te amo” reinventa el enunciado y lo transforma en “los míos,
los muy míos y los recontra míos”, pintándonos un dramón agridulce que nos hace
reír de dolor e impotencia. Patricia vive con sus hijos mellizos, su madre, su
hermana y la novia de uno de sus hijos. Ella lleva la casa adelante. Una
llamada telefónica en un viejo teléfono de línea de Entel intenta cambiar su
vida y enfrentarla a su familia para siempre.
La dramaturgia de Nestor Valente es simple y bien
estructurada. Se reconocen personajes, situaciones y, sobre todo, se identifica
claramente el centenar de frases hechas que esgrime Maricel (Agustina
Sanguinetti) en un diálogo monologueado con su paciente hermana. Su decir es de
intensidad perfecta, la escuchamos a ella y recordamos a nuestras abuelas,
madres y tías repitiendo esa suerte de sentencias antipedagógicas con las que
nos educaron a todos los que tenemos más de cuarenta.
Y
si bien hay voces muy potentes, los momentos más ricos son los silencios. La
mirada parsimoniosa acompañada por el paso cansino, insoportable y arrastrado
de Hernán (Ramiro Delgado) crispa y define perfectamente a su personaje en
particular y al resto de esta familia abúlica y dependiente en general. La
gestualidad de Camila (Julia Eva Sanguinetti) es deliciosa; por su cara y pose
corporal pasa de todo. Con su “Patricia”, Mayra Homar arrasa. La resignación
con la que escucha callada las
bestialidades que dice su familia es conmovedora; su equilibradísima y medida
actuación genera tanta empatía que el espectador se queda esperando que en sus
silencios, y antes de que cambie la yerba, le pase el mate a la platea mientras
escuchamos la agresividad pasiva con la que es maltratada constantemente.
Resignación, paciencia, amor, hastío; todo se refleja en sus ojos y se comparte
cómplice.
La dirección de Valente, hacedor de la bellísima “El loco
y la camisa”, es dinámica y sensible; su mano ya son palabras mayores en las
puestas sobre conflictos familiares.
Dentro del acertado vestuario de Inés Saavedra, no es
menor el detalle del vestido rojo de la protagonista, teniendo en cuenta que la
canción que da título a la obra pertenece a la película “Una chica al rojo vivo”
(The Woman in Red) de 1984. Patricia al rojo vivo en este caso. Ella y tal vez algún
personaje más.
“Sólo llamé para decirte que te amo” es una historia de
amor que gusta, un drama familiar que duele, y un ingenuo hit de los ochenta
que se adapta, como puede, a los desamores y las relaciones actuales no tan
perfectas, más reales y acordes al siglo veintiuno.
Alberto Maffía,
para “AM CRÍTICA
TEATRAL”
(contacto: escenateatro73@gmail.com)