miércoles, 24 de marzo de 2021

"3003, el futuro es hoy", de Alejandra Rubio

 Obra: “3003, el futuro es hoy”

Calificación: Buena

Autoría y dirección: Alejandra Rubio
Música: Hernán Matorra

Producción: Feldman-Santa Cruz
Escenografía: José Ignacio Ponce Aragon
Coach vocal: Sol Bloise
Vestuario: María Alejandra Robotti
Coreografía: María Sol Villalobos
Asistente de dirección: María Sol Afonso García
Redes: Francisco Lemus
Audiovisuales: Martin Ezequiel Maldonado
Prensa: Ximena Goldenberg

Elenco: Majo Chicar, Bruno Coccia, Gonzalo Gravano, Melisa Muter.

 

Sala: EL CULTURAL SAN MARTÍN (Sarmiento 1661 – CABA), los sábados a las 18:00.

Duración: 60 minutos.

 

            A pesar de la crisis sanitaria global, el mundo sigue sordo, no escucha. La conciencia nos duró quince minutos. Por suerte “3003, el futuro es hoy” nos viene a recordar lo que olvidamos tan pronto.

            Cuatro actores más o menos amigos se reúnen para el ensayo general de una obra que abre los ojos con respecto al mundo en peligro por la indiferencia humana. En la ficción, personajes del futuro se encuentran con los del presente enseñando sobre el cuidado del planeta, la solidaridad y hasta se animan a una historia de amor. En la realidad, el ensayo general parece salir flojo y está muy verde como para salir a escena en veinticuatro horas.

            Los artistas que hacen de actores que hacen de personajes son una delicia de elenco. Melisa Muter es pura energía. Gonzalo Gravano juega un doble rol jeckylandhydesco muy cómico, por un lado su personaje de ficción del futuro es sabio y generoso y, por el otro, su actor del presente es descomprometido, disperso y ególatra. Majo Chicar actúa, canta y baila angelicalmente. El trabajo de Bruno Coccia es interesantísimo, pone energía y emoción y tiene un registro interesante y bella voz; el chico está pidiendo pista en las grandes ligas (ya estuvo en “Kinky Boots”).

            El texto y la dirección de Alejandra Rubio son dinámicos y efectivos; la historia se cuenta muy bien y entretiene. Hernán Matorra nunca se equivoca y acompaña con bellísima música. Las coreografías de María Sol Villalobos ayudan bien a contar la fábula y hacen lucir al elenco femenino que realmente se destaca en baile. La escenografía y el vestuario son discretos. Sobresalen los muy poéticos recursos audiovisuales de Martín Ezequiel Maldonado.

            Es importante que se vea esta obra. Es importante que se entienda esta obra. El futuro es hoy.

                        Alberto Maffía,

para “AM CRÍTICA TEATRAL

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