Obra: “El dogma”, de Daniel Teveles
Las piezas teatrales
suelen tener su gran tema principal y alguno secundario dando vueltas por ahí.
Algo parecido sucede en “El dogma”, con la diferencia de que las temáticas
secundarias se cuentan tan bien y son tan fuertes que casi llegan a tener su
protagonismo propio. Mil cosas pasan en “El dogma”, y todo es muy intenso.
Yanke vive con su
familia en un piso en el centro de Buenos Aires durante los años de la Semana
Trágica. Llegado de Polonia hace veinte años, administra desde entonces
un prostíbulo en el subsuelo de su casa. En el piso de arriba vive con su
mujer, una ex prostituta que “subió” del subsuelo al casarse con él, y la hija
de ambos, Rivkele, a quien Yankel Chapchovich se ha esforzado por mantener al
margen de lo que pasa “abajo” ya que está preocupado porque pueda llegar a terminar
siendo como lo fue su madre en su momento. Yankel celebra la eficacia de cómo
ha salvado a su hija del “barro”, “santificando” su casa del pecado con la
adquisición de la sagrada Torá (libro sagrado judío) que ofrece en
agradecimiento a Dios y como redención. La incursión de Rivkele en el “mundo de
abajo” desatará las tormentas cuando esta quede perdidamente enamorada de
Manke, una joven pupila de Yankel Chapchovich.
Once actores se lucen en escena, y
no es una frase hecha, realmente lo hacen. El trabajo de Charley Rappaport es
impactante, compone a su Yanke dotándolo de fuerza, crueldad, un espantoso amor
y un sutil temor oculto. Gaby Barrios se luce como Sara, una esposa y
madre muy lejana a la que se suele ver; todo es creíble, todo es cuestionable. Las
chicas del burdel son un multiuso perfecto: hacen reír, cantan, bailan, sufren,
lloran y conmueven; muy buenos trabajos de Marian Hansen, Carolina Arellano y
Andrea Boass.
El texto deja sin aliento; Polonia zarista
de principios del siglo XX, Semana Trágica en la Argentina de 1919, tráfico de
migrantes, venta de mujeres, corrupción, crisis religiosa, violencia de género,
matrimonios arreglados, despertar sexual y siempre la esperanza del amor.
Un párrafo aparte merecen la
escenografía y el vestuario; cuántas horas se habrán pasado en el Mercado de
Pulgas y San Telmo buscando esos objetos y ropas dignos de museo. Las enaguas y
encajes de las mujeres del burdel, sus collares. Los manteles y candelabros,
los portarretratos. La vasija y palangana de porcelana. Hasta una desgastada
valija. Hermoso.
Es muy interesante, dentro de la
puesta, cómo se diferencia el arriba y el abajo con la utilización de una
tarima. En un principio, en la parte superior habitan el orden, la fe y la
pureza; abajo vale el sexo por dinero, las coimas y la violencia. Por ambos
espacios se intenta la dulzura y el romance. Muy buen ojo de Daniel Teveles,
encargado de la puesta escena, diseño escenográfico, texto y dirección; su
trabajo ha sido minucioso y exquisito.
“El dogma” es una obra potente, vale
la pena ir a verla.
En Teatro CPM Multiescena - Avenida Corrientes 1764 -CABA
Jueves 20:30
Duración: 90 minutos
Texto: Daniel Teveles
Elenco: Gaby Barrios – Charley Rappaport – Marta Quarleri, Ximena Di Toro
– María Ventura – Mauricio Sajera – Marian Hansen – Federico Andrés – Carlos Benincasa
– Carolina Arellano – Andrea Boass
Prensa:
Duche&Zárate.
Dirección:
Daniel Teveles
Alberto Maffía,
para “AM CRÍTICA TEATRAL”
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