lunes, 16 de agosto de 2021

"El cuarto de Verónica", de Ira Levin

 

Obra: “El cuarto de Verónica", de Ira Levin

Calificación: MUY BUENA

Autor: Ira Levin

Dirección: Virginia Magnago

Elenco: Silvia Kutika, Fernando Lúpiz, Antonia Bengoechea y Adrián Lázare

Sala: TEATRO PASEO LA PLAZA (Avenida Corrientes 1660  – CABA), jueves a las 20:30 y domingos 20:00hs.

Duración: 80 minutos

            A finales de los ochenta encontré en una vieja librería de Avenida Corrientes un ejemplar de “El cuarto de Verónica”, texto que no tenía idea que existiese. Para entonces yo contaba con unos quince años y, ya que el año anterior me había aventurado a aterrarme leyendo “El bebé de Rosemary”, decidí comprar el texto e ir por más. No tenía idea que era una obra de teatro, me enteré cuando llegué a casa y empecé a leer. No me gustó la sorpresa, no me gustaba leer teatro. En fin. A los cinco minutos me olvidé de mis prejuicios. Y a los veinte ya estaba aterrado. Treinta y pico de años después me encuentro con la obra otra vez en calle Corrientes pero esta vez montada. Saqué mi entrada. La vi. Y me volví a asustar; después de tanto tiempo el horror, la enfermedad y la locura siguen intactos. “El cuarto de Verónica” ya es un clásico.

            Desde el vamos, la puesta es un golazo. Mientras esperás que empiece la función, la música de sala símil melodía de cajita de música te crispa y te pone los pelos de punta. La música original de Martín Bianchedi juega un papel fundamental a lo largo de toda la obra, sus acordes son siempre acertadísimos. La escenografía está casi toda cubierta por sábanas, pero ya se la adivina clásica y arcaica. Muy buen trabajo de Leonardo Altamirano; cuando se descubra el mobiliario se lo va a ver bello pero también rígido y peligroso.

            Y de pronto, comienza la obra y la sinfonía de horror. ¡Bienvenidos a la angustia! A partir de acá ya no se puede contar más nada. Sólo vamos a decir que los intérpretes están inspiradísimos. Silvia Kutika despliega mil matices; cuando pensás que ya está, que ya no va a aportar nada nuevo porque ningún personaje tiene tanto jugo para exprimir… ¡zas! Ahí te juega otro giro. Bien por el texto y muy bien por ella. Fernando Lúpiz demuestra un gran timming para el drama y el suspenso. El personaje de Antonia Bengoechea es angustiante y ella lo juega a la perfección con una sensibilidad exquisita. Y Adrián Lázare está impecable, en esa suerte de enigma con que interpreta a su personaje le creés y no le creés, todo al mismo tiempo.

            No me imagino un género más difícil para contar en teatro que el de suspenso, y con esta puesta Virginia Magnago ha demostrado ser una maestra del género. Todo está bien elegido, todo está bien ambientado, todo está bien dirigido. Brillante.

            Hay mucho para contar, pero no se puede… Sólo queda ir a verla. No se la pierdan porque las joyas del suspenso son poquísimas y esta obra es una de ellas.

 

 

Alberto Maffía,

para “AM CRÍTICA TEATRAL

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contacto: escenateatro73@gmail.com

instagram: @amcriticateatral

 

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