Obra: “El
cuarto de Verónica", de Ira Levin
Calificación:
MUY BUENA
Autor:
Ira Levin
Dirección:
Virginia Magnago
Elenco:
Silvia Kutika, Fernando Lúpiz, Antonia Bengoechea y Adrián Lázare
Sala:
TEATRO PASEO LA PLAZA (Avenida Corrientes 1660
– CABA), jueves a las 20:30 y domingos 20:00hs.
Duración:
80 minutos
A finales de los ochenta encontré en
una vieja librería de Avenida Corrientes un ejemplar de “El cuarto de Verónica”,
texto que no tenía idea que existiese. Para entonces yo contaba con unos quince
años y, ya que el año anterior me había aventurado a aterrarme leyendo “El bebé
de Rosemary”, decidí comprar el texto e ir por más. No tenía idea que era una
obra de teatro, me enteré cuando llegué a casa y empecé a leer. No me gustó la
sorpresa, no me gustaba leer teatro. En fin. A los cinco minutos me olvidé de
mis prejuicios. Y a los veinte ya estaba aterrado. Treinta y pico de años
después me encuentro con la obra otra vez en calle Corrientes pero esta vez
montada. Saqué mi entrada. La vi. Y me volví a asustar; después de tanto tiempo
el horror, la enfermedad y la locura siguen intactos. “El cuarto de Verónica”
ya es un clásico.
Desde el vamos, la puesta es un
golazo. Mientras esperás que empiece la función, la música de sala símil
melodía de cajita de música te crispa y te pone los pelos de punta. La música
original de Martín Bianchedi juega un papel fundamental a lo largo de toda la
obra, sus acordes son siempre acertadísimos. La escenografía está casi toda
cubierta por sábanas, pero ya se la adivina clásica y arcaica. Muy buen trabajo
de Leonardo Altamirano; cuando se descubra el mobiliario se lo va a ver bello
pero también rígido y peligroso.
Y de pronto, comienza la obra y la
sinfonía de horror. ¡Bienvenidos a la angustia! A partir de acá ya no se puede
contar más nada. Sólo vamos a decir que los intérpretes están inspiradísimos.
Silvia Kutika despliega mil matices; cuando pensás que ya está, que ya no va a
aportar nada nuevo porque ningún personaje tiene tanto jugo para exprimir… ¡zas!
Ahí te juega otro giro. Bien por el texto y muy bien por ella. Fernando Lúpiz
demuestra un gran timming para el drama y el suspenso. El personaje de Antonia
Bengoechea es angustiante y ella lo juega a la perfección con una sensibilidad
exquisita. Y Adrián Lázare está impecable, en esa suerte de enigma con que interpreta
a su personaje le creés y no le creés, todo al mismo tiempo.
No me imagino un género más difícil
para contar en teatro que el de suspenso, y con esta puesta Virginia Magnago ha
demostrado ser una maestra del género. Todo está bien elegido, todo está bien
ambientado, todo está bien dirigido. Brillante.
Hay mucho para contar, pero no se
puede… Sólo queda ir a verla. No se la pierdan porque las joyas del suspenso
son poquísimas y esta obra es una de ellas.
Alberto
Maffía,
para “AM CRÍTICA TEATRAL”
https://amcriticateatralbaires.blogspot.com
contacto:
escenateatro73@gmail.com
instagram: @amcriticateatral
No hay comentarios:
Publicar un comentario