Obra: “El
almacén del fin del mundo”, de Martín Henderson
Teatro “El Extranjero” (Valentín Gómez 3378 –
CABA) - VIERNES 20:00 hs.
El género de ciencia ficción en su
variante distópica fue siempre una temática abordada exclusivamente por la
literatura y el cine. Así, durante el siglo pasado leíamos “Crónicas marcianas”
de Ray Bradbury o veíamos “Cuando el destino nos alcance / Soylent Green” protagonizada
por Charlton Heston y Chuck Connors. El tema es que el destino realmente nos
alcanzó, a los argentinos y al mundo entero, y mucho de lo apesadillado antaño
se ha vuelto realidad. “El almacén del
fin del mundo” se hace cargo de esta nueva realidad y la dibuja a pura
magia y talento.
En una ciudad arrasada por una
epidemia, nuestros protagonistas se reúnen en uno de los pocos sitios que aún
quedan en pie, un exclusivo restaurant-bunker, donde se está permitido acceder
al privilegio más escaso y codiciado por la humanidad, el encuentro con el
otro. Allí, ellos darán rienda no tan suelta, a sus más mundanos placeres:
comer, beber, cantar y bailar. Por supuesto que todo bajo estrictas normativas
a cumplir y ante la mirada inquisidora de un implacable camarero.
La escenografía de Christian Gadea y
Martín Henderson es exquisita. Casi minimalista y simbólica, refleja por un
lado la austeridad de un mundo solitario arrasado por una epidemia y, por el
otro, el glamour rojizo de un bunker muy exclusivo. La mesa-puerta de un
Kowalski antiguo es encantadora.
El texto de Henderson es admirable.
Inteligentísimo, dinámico y hasta conmovedor; parodia respetuosa del presente
que hace reír con ganas. Y en serio que no paré de reírme toda la obra. Da gusto
escuchar esos parlamentos tan medidos y construidos con un gran sentido de la
métrica y el vocabulario. Música en prosa.
El trío protagónico es perfecto.
Dolores Ocampo es una diva. Verla entrar con su piloto dorado ya deja sin
aliento. Y encima canta. Y en francés. El derrotero de su personaje es sutil e intenso, lleno de aristas y matices, y ella sabe recrearlo de manera potente y verosímil. Leonardo Saggese y
Martín Henderson juegan una suerte de protagonista/antagonista hilarante en un
duelo casi constante; sus trabajos son impecables. El primero es un buenazo romanticón
y adorable, el segundo un anfitrión cínico casi perverso.
Y como si todo esto fuese poco, la puesta
se guarda una perlita más: también tenemos un cuadro de baile coreografiado por
el talentosísimo Diego Bros que los protagonistas ejecutan con gracia y
precisión, logrando otro momento inolvidable más en esta obra que es un cúmulo
de aciertos.
“El
almacén del fin del mundo” es un lujo del off. Imperdible. ¡Chin chin
sanitizado!
Elenco: Dolores Ocampo, Leonardo Saggese, Martín Henderson.
Alberto Maffía,
para “AM CRÍTICA TEATRAL”
https://amcriticateatralbaires.blogspot.com
contacto:
escenateatro73@gmail.com
instagram: @amcriticateatral
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