“Network” de Paddy Chayefsky y Lee Hall / Versión de Juan José Campanella. Dir. Corina Fiorillo.
En el Teatro COLISEO (Marcelo T. de Alvear
1125 – CABA), los jueves y viernes a las 20:00 - sábado 20:30 – domingos 19:30.
Antes
del smartphone estaba ella, y era mucho más poderosa
La pantalla nos domina. No gastes nuestros tiempos
tratando de explicarme tu independencia del celular, Ipod o notebook porque no
te creo nada. Dejamos que la pantalla nos indique dónde queda una calle, damos
por cierta cualquier noticia que nos publique, chequeamos compulsivamente redes
sociales y mensajerías instantáneas y hasta le pedimos pizzas y empanadas. Más
de medio día de nuestro tiempo de vigilia lo pasamos mirando una pantalla. Creyéndole
todo. Pecamos de ingenuos, damos por real cualquier cosa que nos dicen esas 6,5
pulgadas. No cuestionamos. Obedecemos. ¡Qué bárbaro! ¿En qué momento nos
adoctrinaron de esa manera?, ¿cuándo nos transformamos en tan dócil rebaño?
Respuesta fácil, esta sí me la sé profe! Es porque antes del smarthphone estaba
ella, la gran pantalla, la señora pantalla… La Televisión. Y era mucho más nociva,
porque no te pedía atención intermitente sino que estabas horas y horas
seguidas encadenado tácitamente a ella y mirando a una conductora o conductor
bajando línea descaradamente, o llenándote de basura, o vendiendo carne podrida
porque, en definitiva, a través del plasma no se siente el mal olor. Todos tan occidentalmente
perfectos. Y detrás de ellos, editoriales e intereses empresariales y
políticos. En serio gente, las fake news son un chiste, con tres minutos de
googleo podés saber la verdad o algo cercano a ella, pero antes había una sola
voz. Seductora, peligrosa, hegemónica. Nadie se atrevía a contradecirla… Nadie hasta
que llegó “Network” al cine en 1976
con su texto de denuncia y que hoy podemos ver en teatro con una puesta épica que suma sátira y humor, protagonizada por figuras estelares y con efectos
visuales nunca vistos en la cartelera porteña.
La obra muestra a Howard Beale, un presentador de
televisión, que tras veinticinco años, recibe la noticia de que va a ser
despedido. En su desesperación, anuncia que en su próxima aparición se
suicidaría en vivo. Esta jugada sube la audiencia del canal a un nivel nunca
antes visto y hace que los ejecutivos le den otra oportunidad con un nuevo
programa. Sin embargo, Beale aprovecha este espacio para criticar incluso a su
propio multimedio.
Las actuaciones son superlativas. Por un lado tenés a las
pirañas del medio a cargo de Florencia Peña, Eduardo Blanco, César Bordón y
Pablo Rago. Algunos con algo de cargo de conciencia, otros con ninguno,
retratando acertadamente los intereses económicos del medio. A través de sus
textos despedazan cualquier tipo de altruismo, solidaridad o hasta incluso
posibilidad de amor; ninguno de estos son valores en la televisión que la obra plantea. La reina piraña de este grupo es, sin lugar a dudas, Florencia Peña en
una brillante composición. Con ella en escena pasa de todo; pura codicia, falta
de escrúpulos, dolor, frustración y más falta de escrúpulos. Su personaje
realmente no tiene límites, no duda en sacrificar todo y a todos por el
consabido punto de rating. Y como cebo de estos animales carroñeros tenemos al
conductor interpretado por Coco Sily, quien despliega una versatilidad nunca
antes vista. Actor inteligente y poco visto en ficción, utiliza todos los
recursos que tiene afiladísimos por años de protagonizar unipersonales; así lo
vemos ejecutar perfectos monólogos, a la vez humorísticos y dolorosos, cada vez
que su Howard Beale se dirige a la teleplatea; en esto es un diez. Y por otro
lado tenemos también a un Coco sensitivo, cansado, dolorido cuando interactúa
con el resto de los personajes, muy alejado de su trabajo solista y desplegando
una sensibilidad y conexión con el otro que no le conocíamos. Bravo. Y hay
quince personajes más que son un lujo; entran, salen, van y vienen componiendo
el multitudinario equipo televisivo, todo excelentemente dirigido por la
experta mano de Corina Fiorillo. Es hermoso ver en escena tanto cameraman,
asistente, maquillador, productor, etc… todo tan simétrico y tan medido, tan
estético. Es la foto perfecta.
Diwan puso un millón de dólares en la producción y, para
suerte del espectador, se nota. “Network”
es como un paseo por Broadway para terminar aterrizando en Las Vegas. Inmensas
pantallas de led alternadas en dos pisos que recrean, por un lado, un inmenso estudio
de televisión que transmite el supuesto noticiero (y unas deliciosas
publicidades) y, por el otro, pintan a la ciudad de New York a la perfección,
noche tormentosa incluida. Bellísimo. Y mil cosas más; escritorios, camas y
bares (porque no sólo de imágenes proyectadas vive el hombre) que entran y
salen todo el tiempo, sonido envolvente, cámaras en vivo. Ya lo dije,
Broadway/Las Vegas.
“Network” es
un espectáculo teatral sin precedentes. Lujoso, intenso, sensible y muy
necesario, porque en todos los aspectos de la vida, a veces es necesario
aprender a apagar.
“Network”
Basada
en la película de Paddy Chayefsky. Adaptada
por Lee Hall.
Versión:
Juan José Campanella
Dirección
general y puesta en escena: Corina
Fiorillo
Elenco: Florencia Peña – Coco Sily – Eduardo Blanco – César Bordón – Pablo Rago - Ana Padilla – Ángeles Clavijjo – Carlos Ledrag – Charlie Nieto – Gaby Ferrero – Juan Martín calé – Julián Marcove – Leo Bosio – Mercedes Torre – Nacho de Santis – Pablo Palavecino – Pablo Covello – Roco Saenz – Santiago Lozano – Tomás Claudio.
Diseño
de escenografía: Jorge Ferrari
Diseño
audiovisual: Maxi Vecco
Diseño
de luces: Ariel del Mastro
Diseño
de vestuario: Mercedes Colombo
Producción
general: Ariel Diwan
Alberto
Maffía,
para “AM CRÍTICA TEATRAL”
https://amcriticateatralbaires.blogspot.com
contacto: escenateatro73@gmail.com
instagram: @amcriticateatral
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