“La tiendita del horror”, de Alan Menken y Howard Ashman. Dir. Axel Jeannot
En
Teatro Astral (Av. Corrientes 1639 –
CABA).
Cuando los fracasados cantan y se enamoran
Los clásicos no se presentan y “La tiendita del horror”
ya ostenta ese merecidísimo título desde
hace tiempo. Basada en la película de horror clase B de Roger Corman de 1960 y
transformada en musical en 1982 para el Off Broadway, esta historia llega a la
Argentina por primera vez con la película de 1986 (dos semanas en cartel y
después había que seguirla en la doble función de algún cine de barrio). La
versión teatral hace su primera aparición en Mar del Plata, durante la
temporada de verano de 1990 en el ya desaparecido teatro Alberdi, dirigida por
Julio Baccaro, protagonizada por Osvaldo González y con un desconocido Damián
de Santo de 20 añitos manejando a Audrey II. En el 2001 llega al teatro
Broadway de Buenos Aires una versión producida por don Alejandro Romay y
protagonizada por Diego Ramos, Sandra Ballesteros y Humberto Tortonese. Y hoy,
en el 2023, tenemos en el Teatro Astral una versión de lujo, argentina y for
export, colmada de magia y talento y destinada a permanecer para siempre en el
corazón de los amantes del género.
La historia nos lleva a conocer una florería en quiebra y a
sus dos empleados: Audrey y Seymour Krelborn. Durante una noche de eclipse, el
bien intencionado Seymour encuentra una extraña especie botánica que, poco a
poco, revoluciona la tiendita y se vuelve un gran atractivo para todo el
barrio. Con su espíritu manipulador, la famosa planta le promete a Seymour un
sinfín de fama y fortuna siempre y cuando la siga alimentando.
Los textos y canciones de Howard Ashman y Alan Menken,
creadores de “La Sirenita, de Disney”,
manejan magníficamente tiempos, risas y emociones. Y ojo que no es una historia
fácil de contar. Mucha cancioncita, mucho chiste, pero la trama trata sobre dos
almas tristes y marginales resignadas a vivir en soledad, en un clima social
adverso desprovisto de toda posibilidad de cambio y esperanza y, como si esto
fuera poco, de la corrupción del alma noble. Pavada de tópicos. De alguna
manera, es una tragedia hermosa que da ganas de cantar y bailar. Sí, así de
paradójico como suena.
Fede Couts creo que ha encontrado su punto justo en este Seymour
(y Seymour ha encontrado su punto justo en este Fede Couts); solidísimo en lo
vocal, el color del personaje le sienta como anillo al dedo: tierno, simpático,
sensible, heroico e hiperhilarante, todos los colores son jugados por el actor con versatilidad. El trabajo de Mike Chouhy es muy interesante.
Generalmente cuando un artista viene de otra disciplina (Chouhy es uno de los referentes
más importantes del stand up argentino) suele traer su bagaje artístico
anterior, lo mezcla con su yo actor y termina creando un híbrido que no
convence a nadie. No es el caso. Del stand up, donde realmente la rompe, sólo
trae la presencia escénica, el resto es un inmenso cómico como hace tiempo no
se ve en un musical, su Orin Scrivello es impecable. La elección de Romi Ruiz
como Audrey es un golazo de arco a arco; con increíble ductilidad aleja a su
complejo personaje del drama y lo transforma en gracia y ternura, generando
risas con su grotesca inocencia y provocando futivas lágrimas de emoción con su
interpretación de “Un verde lugar”.
Las tres chicas del barrio, Ronnette – Crystal – Chiffon / Paula Chouhy – Juana
Silveyra – Belén Bilbao, presentan la obra en el prólogo y por suerte no se
bajan más de escena. La potencia, garra y presencia que tienen es demoledora;
son un perfecto coro celestial de angelitas pasadas de Speed; las mirás y
escuchás , y mientras te hipnotizan te arrasan. Muy bien también las coreos de
Natalia Mezzera acompañando todos sus movimientos. Juan Denari compone un
personaje muy dickensniano digno del Globe de Londres. Y Audrey II es un rockstar;
el trabajo de Iñaki Agustín y Máximo Pérez Artusi desde el segundo uno hace que ese inmenso
muñecote verde multiraíz adquiera humanidad; nadie ve la marioneta, sólo queda una
malvada planta hambrienta que canta muy lindo.
El tema “De pronto,
Seymour” interpretado por Couts, Ruiz, Chouhy, Silveyra y Bilbao es la perfección
hecha comedia musical. Y los músicos en vivo sonaron sublimes.
Escenografía y vestuario son un lujo; apenas se abre el
telón, los espacios se recrean de manera sólida y convincente. Bellísimos, coloridos
y múltiples (muy múltiples; son un montón en serio, prácticamente un desfile de
modas) son los trajes creados por Javier Ponzio; y donde más se luce es con las
tres chicas del barrio en cambio constante; presentan modelos urbanos,
adolescentes, barriales y, cuando salen con sus trajes de noche negros con
brillos a lo Diana Ross, la gente aplaude. Muy bien también el diseño de luces de Gaspar
Potocnik, sobre todo al momento de crear climax de suspenso y horror.
Los aciertos claramente no
son casuales; gran dirección de Axel Jeannot que equilibra todas las
disciplinas y, por suerte, no descuida la gran olvidada del teatro musical: la
actuación. Los actores emocionan, conmueven y hacen reír cuando tienen que
hacerlo.
Personalmente, soy un gran fan de
esta historia; la sigo y la escucho desde el 86 y amé con el alma esta puesta,
realmente superó todas mis expectativas. Imperdible.
FICHA ARTÍSTICA
Autores: Alan Menken y Howard Ashman
Adaptación: Jimena
Chouhy
Dirección: Axel
Jeannot
Elenco: Fede
Couts – Luli Chouhy – Mike Chouhy – Iñaki Agustín – Paula Chouhy – Juana Silveyra
– Belén Bilbao – Juan Denari – Máximo Perez Artusi – Bruno Coccia – Romina Ruiz
– Marcos Rauch
Dirección musical:
Mariano Barreiro
Músicos:
Agustín Gallo Pinedo – Javier Muller – Mariano Homps – Martín Lozano – Maxi Cataldi
Producción General: Francisco Constantini
Producción ejecutiva: Nicolás Del Farra - Mariana Boughen - Agustina Regueiro
Prensa: Varas
Otero
Duración:
120 minutos (intervalo de 10´ incluido)
Alberto
Maffía,
para
“AM CRÍTICA TEATRAL”
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contacto:
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