domingo, 13 de octubre de 2024

“Juegos a la hora de la siesta”, de Roma Mahieu. Dir. Fabián Bertonazzi / Gonzalo Urtizberea.

 

“Juegos a la hora de la siesta”, de Roma Mahieu. Dir. Fabián Bertonazzi / Gonzalo Urtizberea.

En Teatro Espacio Callejón (Humahuaca 3759– CABA) – Jueves 20.30 hs.

por Alberto Maffía

 

Los juegos que jugábamos y no nos dábamos cuenta

 

            A través de la historia, los juegos infantiles nunca estuvieron escindidos de la realidad del mundo crecido. Espacio lúdico donde el niño debería aprender de uno y del otro, a menudo se encuentra contaminado por el interés adulto. Los chicos repiten. Los chicos copian. Lo sabemos pero no aprendemos. Y sin entender que nuestros ojos son sus ojos y su ventana al mundo, los grandes muy inconscientemente y muy inconscientes, no paramos de meterles basuritas, arena y hasta guijarros. Así están los pequeños protagonistas de “Juegos a la hora de la siesta”, en una inquietante y aleccionadora fábula que duele como pocas.

            Siete niños y niñas se encuentran en la plaza y, en ese rincón libre de miradas adultas, emerge un mundo lleno de tensiones ocultas. La llegada de Julito, un adulto con discapacidad, trastoca dinámica, terminando de desnudar la ternura y las sombras de cada personaje.

            El texto de Roma Mahieu es brillante y doloroso. La dramaturgia va proponiendo diversos juegos que los niños ejecutan y todos representan una denuncia, ya sea al abuso de poder, la discriminación, la falta de justicia, la violencia, la hipocresía, los horrores de la guerra o el falso cristianismo. Texto muy fuerte; no es un detalle menor que haya sido escrito en 1975 y prohibido en el 78, al tiempo que su autora debía exiliarse a España.

            Elenco homogéneo y talentoso, todos componen sus personajes con seriedad y compromiso y, por suerte, muy lejos de la caricatura; estos niños son reales. Así, por ejemplo, resultan muy intensos y álgidos los contrapuntos entre el abusivo Andrés de Emiliano Imperioso y los nobles Diego y Alonso de Agustín Sosa y Gerónimo Gómez Roca.

            Un acierto para destacar es la sala, el Espacio Callejón posee el escenario ideal para que los ocho personajes convivan casi toda la obra en escena a puro salto, juego y dibujo; mientras algunos juegan inocentemente otro castiga con castrenses flexiones de brazos a un tercero.

            Excelente dirección de Fabián Bertonazzi y Gonzalo Urtizberea. Puesta de tiempos y movimientos perfectos, consigue saltar de juego en juego manteniendo el clímax y formando una misma historia, siempre respetando el punto de vista infantil.

                       “Juegos a la hora de la siesta” es un clásico de nuestra dramaturgia que continúa vigente. Para ver, empatizar y reflexionar

           

Duración: 75´.

 

 

FICHA ARTÍSTICA

Autora

Roma Mahieu

 

Elenco

Emiliano Imperioso – Cecilia Blanco – Ana Paula Felice – Gerónimo Gómez Roca – Agustín Sosa – Nicolás Espinosa – Iván Domnanovich – Evelyn Herberg

 

Dirección

Fabián Bertonazzi – Gonzalo Urtizberea

 

 

 

Prensa

Adriana Schottlender

 

 

Alberto Maffía

para AMC CRÍTICA TEATRAL

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instagram: @amcriticateatral

 

 

miércoles, 9 de octubre de 2024

“Volvió una noche”, de Eduardo Rovner. Dir. Dora Milea / Patricia Palmer.

 

“Volvió una noche”, de Eduardo Rovner. Dir. Dora Milea / Patricia Palmer.

En Teatro Picadilly (Avenida Corrientes 1524– CABA) – Sábados y domingos.

por Alberto Maffía

 

De madres, hijos y gauchos

 

            El sustantivo “madre” a esta altura del partido y después de que la humanidad haya invertido millones de kilómetros en tinta para tratar de explicarlo y explicarla, se encuentra absolutamente fuera de discusión: una madre es una madre y punto. Y si a veces uno siente que el ser que te dio la vida te está demasiado encima y ya no es que acompaña tus pasos sino que directamente te hizo upa y empezó a caminar tu vida con vos a cococho porque ella lo hace mejor y sabe, recordá que una madre nunca es tóxica, a lo sumo, es “excesiva” o “abundante”. Sino pregúntenle al Manuel de “Volvió una noche” qué opina sobre el hecho de que Fanny, la mujer que lo dio a luz, esta vez vaya más allá del sacrificio emblemático de dar la vida por su descendencia y realice el camino inverso volviendo de la muerte para tratar de ayudarlo; esta auténtica madre excesiva todavía tiene mucho para decir, cocinar, bailar y hacer reír.

            Manuel visita a su madre en el cementerio judío y le cuenta que se casará en tres días por lo que ella, impactada por la noticia, decide volver de la tumba para evitar el casamiento.

            El texto de Rovner es maravilloso; en tono de comedia muy efectiva, transita temas dramáticos y universales. Y así Fanny estará preocupada por el poco apego a la tradición que demuestra su hijo, mientras que Manuel transitará el amor y encarará el desafío de ocupar el rol paterno en la figura del hijo de su pareja. Y así transcurre también a lo largo de la puesta un poco de tango, amistad, vocación, y hasta hay lugar para un nostálgico homenaje a la época dorada del cine de proyección, ese tiempo en el que uno se internaba en las cuatro cuadras de la porteñísima calle Lavalle para ver los mejores estrenos en descomunales salas de mil quinientas butacas y gigantescos carteles publicitarios.

            A Patricia Palmer ya la hemos visto en el papel de madre abnegada y le sale de maravillas; en esta creación superadora redobla la apuesta y toma el desafío de encarnar un personaje que vuelve de la muerte para guiar y contener a su hijo, transformándose así en una suerte de Beetlejuice maternal que no para de arrancar carcajadas y, de a ratitos, también conmover. Dan Breitman se luce en su papel de hijo que se debate entre el mandato y el camino propio. Luciana Ulrich Cárpena aporta picardía y belleza jugando exquisitos pasos de comedia. Marcelo Sein apuesta a la comedia más física con muy buenos resultados.

            En otra muestra de maestría dramatúrgica, de forma casi inexplicable pero completamente verosímil y convincente, el genio de Rovner consigue introducir al personaje histórico del Sargento Chirino, asesino de Juan Moreira allá por 1874, en esta comedia situada a finales del siglo XX, situación que Ramiro Ayala aprovecha para crear un personaje potente y lleno de humor.

            Excelente dirección de Dora Milea y Patricia Palmer, quienes encuentran y marcan los momentos justos de la risa y lo grotesco, amalgamados a lo reflexivo generando varios clímax más íntimos y sentimentales.

            “Volvió una noche” es una joya de la dramaturgia nacional estupendamente interpretada.

           

Duración: 90´.

 

 

 

FICHA ARTÍSTICA

Autor

Eduardo Rovner

 

Dirección

Dora Milea – Patricia Palmer

 

Elenco

Patricia Palmer – Dan Breitman – Luciana Ulrich Cárpena

  Marcelo Sein – Matías Lodeiro – Verónica Bonino – Eduardo Santamaría – Ramiro Ayala

 

 

Alberto Maffía

para AMC CRÍTICA TEATRAL

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