Obra: “Una historia larga”, de Juan Catriel Mirabelli
“Reunión por el aniversario de X años de
egresados del Colegio bla, bla, blá”… qué momento espantoso en la vida de
todo ser humano. Únicamente disfrutado por los dos o tres emocionados de la
vida que lo organizaron, para el resto de los concurrentes es un evento que
genera dolor de estómago desde el momento que se anuncia hasta que culmina. “Una historia larga” desnuda y expone
el concepto de esta vieja costumbre tribal, la analiza y, por suerte, conmueve
y hace reír mucho al espectador.
Un grupo de amigos decide ir a la fiesta que se organiza en su escuela por los diez años de egresados. A partir de ese momento comenzarán a recordar sus clases, lo que querían ser, y verán lo que ahora son. No todo era tan bueno cuando eran chicos, ni es tan malo de grandes.
El título de la obra es brillante;
simple pero clarísimo. La historia es larga, abarca desde unos ingenuos noventa
con niños de tercer grado hasta aproximadamente el 2030, época en la que el
autor imaginó que los robots piden derecho de identidad y nos llegan
notificaciones mentales cual whatsapp telequinético. De tan económico y claro,
resulta poético.
El texto de Juan Catriel Mirabelli está muy bien estructurado en diversos
estilos que logra ensamblar orgánicamente; hay momento de monólogo y stand-up,
apelaciones al público, teatro clásico, un poco de vanguardia jugado con
pantallas digitales, y hasta unos cuadros de comedia musical muy
palitorteguense. Además, va y viene en el tiempo; la historia larga se cuenta
de manera atemporal, yendo y viniendo como en un capítulo de Lost.
El casting es muy bueno y
genuinamente nos cuenta la historia de estos cuatro amigos a lo largo de
décadas, siempre acompañados por la figura del maestro León, un excelente Ernesto
Vigetti, maestro revolucionario romántico y patético. Mercedes Dominguez y
Micaela Cortina crean sus Fabiana y Ana llenas de matices; sus pasos temporales
están milimétricamente marcados y muestran sutiles cambios a través de los
diferentes momentos que les toca interpretar. Francisco Caiella y Gabriel Miner
son esa dupla de amigos con la que todos empatizamos, y lo hacen muy bien.
Creo que uno de los fuertes de la
puesta son los detalles; pequeños pero exquisitos, y todos funcionan bien: ya
sean las luces del boliche o el reflector directo sobre el protagonista en catarsis, las
pantallas, y hasta los objetos escenográficos, como el pizarrón de izquierda y
a la izquierda que nos enseña en letra de tiza que Karl Marx es bueno y Adam Smith
es malo, o los sorbetes con formas de corazón. Y es un lujo poco frecuente en
una puesta off la presencia de músicos en vivo. Muy bien por la dirección
general de Mirabelli.
Definitivamente, recomiendo esta
reunión de egresados. La van a pasar muy bien.
Elenco:
Juan Francisco
Caiella, Micaela Cortina, Mercedes Domínguez, Gabriel Miner, Ernesto Vigetti
Músicos:
Tomás Ambrosino, Franco Mirabelli
Producción:
Jesica Manes, Gabriel Miner, Juan Catriel
Mirabelli, Lirolay Nuciforo
Dirección:
Juan Catriel
Mirabelli
Alberto Maffía,
para “AM CRÍTICA TEATRAL”
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