“Juegos a la hora de la siesta”, de Roma Mahieu. Dir. Fabián Bertonazzi / Gonzalo Urtizberea.

 

“Juegos a la hora de la siesta”, de Roma Mahieu. Dir. Fabián Bertonazzi / Gonzalo Urtizberea.

En Teatro Espacio Callejón (Humahuaca 3759– CABA) – Jueves 20.30 hs.

por Alberto Maffía

 

Los juegos que jugábamos y no nos dábamos cuenta

 

            A través de la historia, los juegos infantiles nunca estuvieron escindidos de la realidad del mundo crecido. Espacio lúdico donde el niño debería aprender de uno y del otro, a menudo se encuentra contaminado por el interés adulto. Los chicos repiten. Los chicos copian. Lo sabemos pero no aprendemos. Y sin entender que nuestros ojos son sus ojos y su ventana al mundo, los grandes muy inconscientemente y muy inconscientes, no paramos de meterles basuritas, arena y hasta guijarros. Así están los pequeños protagonistas de “Juegos a la hora de la siesta”, en una inquietante y aleccionadora fábula que duele como pocas.

            Siete niños y niñas se encuentran en la plaza y, en ese rincón libre de miradas adultas, emerge un mundo lleno de tensiones ocultas. La llegada de Julito, un adulto con discapacidad, trastoca dinámica, terminando de desnudar la ternura y las sombras de cada personaje.

            El texto de Roma Mahieu es brillante y doloroso. La dramaturgia va proponiendo diversos juegos que los niños ejecutan y todos representan una denuncia, ya sea al abuso de poder, la discriminación, la falta de justicia, la violencia, la hipocresía, los horrores de la guerra o el falso cristianismo. Texto muy fuerte; no es un detalle menor que haya sido escrito en 1975 y prohibido en el 78, al tiempo que su autora debía exiliarse a España.

            Elenco homogéneo y talentoso, todos componen sus personajes con seriedad y compromiso y, por suerte, muy lejos de la caricatura; estos niños son reales. Así, por ejemplo, resultan muy intensos y álgidos los contrapuntos entre el abusivo Andrés de Emiliano Imperioso y los nobles Diego y Alonso de Agustín Sosa y Gerónimo Gómez Roca.

            Un acierto para destacar es la sala, el Espacio Callejón posee el escenario ideal para que los ocho personajes convivan casi toda la obra en escena a puro salto, juego y dibujo; mientras algunos juegan inocentemente otro castiga con castrenses flexiones de brazos a un tercero.

            Excelente dirección de Fabián Bertonazzi y Gonzalo Urtizberea. Puesta de tiempos y movimientos perfectos, consigue saltar de juego en juego manteniendo el clímax y formando una misma historia, siempre respetando el punto de vista infantil.

                       “Juegos a la hora de la siesta” es un clásico de nuestra dramaturgia que continúa vigente. Para ver, empatizar y reflexionar

           

Duración: 75´.

 

 

FICHA ARTÍSTICA

Autora

Roma Mahieu

 

Elenco

Emiliano Imperioso – Cecilia Blanco – Ana Paula Felice – Gerónimo Gómez Roca – Agustín Sosa – Nicolás Espinosa – Iván Domnanovich – Evelyn Herberg

 

Dirección

Fabián Bertonazzi – Gonzalo Urtizberea

 

 

 

Prensa

Adriana Schottlender

 

 

Alberto Maffía

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“Volvió una noche”, de Eduardo Rovner. Dir. Dora Milea / Patricia Palmer.

 

“Volvió una noche”, de Eduardo Rovner. Dir. Dora Milea / Patricia Palmer.

En Teatro Picadilly (Avenida Corrientes 1524– CABA) – Sábados y domingos.

por Alberto Maffía

 

De madres, hijos y gauchos

 

            El sustantivo “madre” a esta altura del partido y después de que la humanidad haya invertido millones de kilómetros en tinta para tratar de explicarlo y explicarla, se encuentra absolutamente fuera de discusión: una madre es una madre y punto. Y si a veces uno siente que el ser que te dio la vida te está demasiado encima y ya no es que acompaña tus pasos sino que directamente te hizo upa y empezó a caminar tu vida con vos a cococho porque ella lo hace mejor y sabe, recordá que una madre nunca es tóxica, a lo sumo, es “excesiva” o “abundante”. Sino pregúntenle al Manuel de “Volvió una noche” qué opina sobre el hecho de que Fanny, la mujer que lo dio a luz, esta vez vaya más allá del sacrificio emblemático de dar la vida por su descendencia y realice el camino inverso volviendo de la muerte para tratar de ayudarlo; esta auténtica madre excesiva todavía tiene mucho para decir, cocinar, bailar y hacer reír.

            Manuel visita a su madre en el cementerio judío y le cuenta que se casará en tres días por lo que ella, impactada por la noticia, decide volver de la tumba para evitar el casamiento.

            El texto de Rovner es maravilloso; en tono de comedia muy efectiva, transita temas dramáticos y universales. Y así Fanny estará preocupada por el poco apego a la tradición que demuestra su hijo, mientras que Manuel transitará el amor y encarará el desafío de ocupar el rol paterno en la figura del hijo de su pareja. Y así transcurre también a lo largo de la puesta un poco de tango, amistad, vocación, y hasta hay lugar para un nostálgico homenaje a la época dorada del cine de proyección, ese tiempo en el que uno se internaba en las cuatro cuadras de la porteñísima calle Lavalle para ver los mejores estrenos en descomunales salas de mil quinientas butacas y gigantescos carteles publicitarios.

            A Patricia Palmer ya la hemos visto en el papel de madre abnegada y le sale de maravillas; en esta creación superadora redobla la apuesta y toma el desafío de encarnar un personaje que vuelve de la muerte para guiar y contener a su hijo, transformándose así en una suerte de Beetlejuice maternal que no para de arrancar carcajadas y, de a ratitos, también conmover. Dan Breitman se luce en su papel de hijo que se debate entre el mandato y el camino propio. Luciana Ulrich Cárpena aporta picardía y belleza jugando exquisitos pasos de comedia. Marcelo Sein apuesta a la comedia más física con muy buenos resultados.

            En otra muestra de maestría dramatúrgica, de forma casi inexplicable pero completamente verosímil y convincente, el genio de Rovner consigue introducir al personaje histórico del Sargento Chirino, asesino de Juan Moreira allá por 1874, en esta comedia situada a finales del siglo XX, situación que Ramiro Ayala aprovecha para crear un personaje potente y lleno de humor.

            Excelente dirección de Dora Milea y Patricia Palmer, quienes encuentran y marcan los momentos justos de la risa y lo grotesco, amalgamados a lo reflexivo generando varios clímax más íntimos y sentimentales.

            “Volvió una noche” es una joya de la dramaturgia nacional estupendamente interpretada.

           

Duración: 90´.

 

 

 

FICHA ARTÍSTICA

Autor

Eduardo Rovner

 

Dirección

Dora Milea – Patricia Palmer

 

Elenco

Patricia Palmer – Dan Breitman – Luciana Ulrich Cárpena

  Marcelo Sein – Matías Lodeiro – Verónica Bonino – Eduardo Santamaría – Ramiro Ayala

 

 

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“Para tibio, pastel de manzana”, de Carla Liguori, Javier Raffa y Alejandro Brukman. Dir. Carla Liguori.

 

“Para tibio, pastel de manzana”, de Carla Liguori, Javier Raffa y Alejandro Brukman. Dir. Carla Liguori.

En Teatro Border (Godoy Cruz 1838– CABA) – Sábados 22.30 hs.

por Alberto Maffía

Vox populi, vox Dei.

            La treintañez es una etapa conflictiva (muy conflictiva). A través de los veintitantos uno transcurre el devenir del tiempo en un abandonar al yo adolescente e instalarse en el primer atisbo de la venidera adultez. La década de los treinta suena más definitiva; parece ser la primera del resto de nuestras vidas. Por lo general, en ese período tenemos bastante seguridad y pisada relativamente firme, pero todavía no encontramos todas las respuestas (y empezamos a entender que nunca lo vamos a hacer). Estamos encaminados hacia el dónde y seguramente lleguemos, pero metiendo la pata ciento un veces. Opciones. Decisiones. Todo el tiempo. Remedo de la vida misma es lo que sucede en “Para tibio, pastel de manzana”, una obra en la que los protagonistas deben decidir y el público también.

            Los vínculos y su extensa fauna; amores, amistades, fraternales, paternales, laborales, fugaces. Mucho por resolver en estas nueve historias que giran y se abrazan.

            Más allá del simpático entramado de conflictos que proponen Carla Liguori y Javier Raffa desde el texto, el verdadero hallazgo es la estructura. A cada decisión trascendente de los protagonistas le corresponde una suerte de consulta popular para decidir qué camino seguir. La platea vota y el protagonista acata. Democracia pura; literalmente, estamos en el ágora.

            Los temas musicales tienen unos duetos muy bellos y perfectamente ejecutados por las duplas de Emmanuel Degracia/Laura Bertonazzi y Carla Liguori/Matías Asenjo, así como también varios solos que ayudan a comprender el mundo interior de estos personajes atribulados y con el cuerpo lleno de preguntas. Las historias de amor se entrecruzan constantemente, siendo la más conmovedora la que juegan Matías Asenjo y Su Guitarra; cada rasgueo y fraseo es casi mágico. Nikka Lorach es sublime; cante, actúe o se monte en sus kilométricos tacos, todo brilla. Juan Manuel Besteiro despliega su habitual oficio y talento, y el Inevitable Pedro Velázquez compone el personaje más rico en intención y matices: hipnótico y seductor, es capaz también de provocar rechazo con su exquisita y fundamentada falta de escrúpulos - Delicioso.

            Los músicos en vivo Andrea Piterman, Anahí Melendez y el mismo Asenjo suenan bellísimos y casi sinfónicos.

            A diez años de su estreno original, “Para tibio, pastel de manzana” volvió para seguir sorprendiendo con su innovadora propuesta. Para disfrutar y jugar.

           

Duración: 100´.

 

FICHA ARTÍSTICA&TÉCNICA

 

ELENCO:

Juan Manuel Besteiro – Pedro Velázquez – Manuel Feito – Carla Liguori – Matías Asenjo – Sheila Saslavsky – Emmanuel Degracia – Lau Bertonazzi – Nikka Lorach

MÚSICOS

Andrea Piterman – Anahí Meléndez – Matías Asenjo

LIBRO Y LETRAS:

Carla Liguori – Javier Raffa

MÚSICA:

Carla Liguori – Alejandro Brukman

PRODUCCIÓN GENERAL:

De Eso Se Trata

DIRECCIÓN GENERAL Y PUESTA EN ESCENA: Carla Liguori

 

PRENSA: Okm Prensa – Kevin Melgar

 

 

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“Cuando Frank conoció a Carlitos”, basado en un contenido original de Disney Plus. Dir. Natalia Del Castillo.

 

“Cuando Frank conoció a Carlitos”, basado en un contenido original de Disney Plus. Dir. Natalia Del Castillo.

En Teatro Astral (Avenida Corrientes 1639– CABA) – Miércoles a domingo.

por Alberto Maffía

 

El farolito de la calle en que nació Frank

 

Tango. El tango es ese bandoneón que llora y te hace llorar, es un 2x4 que pirueteás con el alma, porque el tango no se baila, el tango se dibuja. Es el lugar donde está tu corazón sufriendo por Malena, extrañando a un fiel amigo o soñando con un pingo ganador que te saque de la yeca. La canción ciudadana nunca acaricia, no sabe de sutilezas, el tango te arrasa dejándote mareado y con sabor a vendaval. El tango tiene un nombre, el mejor, el más lindo, el más compadrito… el tango se llama Carlos y, desde ahora, también se llama Frank.

La historia de “Cuando Frank conoció a Carlitos” se centra en una noche de 1934 en New York en la que Gardel y Sinatra quedaron encerrados en un mismo camarín. El primero queriendo sacarse de encima a su fastidioso fan y el segundo tratando de entender la pasión que percibía en las canciones del Zorzal.

La dramaturgia de Raúl López Rossi y Gustavo Manuel González es una delicia poética. Inspirados en un posible encuentro anecdótico, el texto ofrece profundas reflexiones sobre el amor, la amistad y la supervivencia dentro del trajín diario de un tiempo nostálgicamente ingenuo. Los autores aúnan voces e idiomas, consiguiendo que el diálogo, mezcla de castellano, inglés, lunfardo y slang, cuente una misma historia sin desafinar nunca y plagada de humor.

Tenemos entonces un texto espectacular, los tangos de Gardel, Lepera y Discépolo (entre otros), la sublime orquesta de Aeropuertos Argentina con la dirección de Néstor Tedesco… ya estamos casi listos, sólo faltan ellos. Gardel y Sinatra eran enormes, el trabajo de Oscar Lajad y Alan Madanes también lo es. Esta dupla lo tiene todo; estupendas voces, elaboradísimas actuaciones, una enormidad de simpatía y carisma y, como frutilla del postre, la química entre los dos es cautivadora e hipnótica – verlos a dúo cantando o filosofando es un espectáculo fascinante que podría durar horas sin cansar ni aburrir.

Muy bien el ensamble, sobre todo al momento de ejecutar las pasionales coreografías del show (La cumparsita me dejó al borde del llanto). La intervención de Antonella Misenti como una joven Nancy Sinatra es exquisita; derrocha gracia y conforma el trío perfecto con Lajad y Madanes al ritmo de Rubias de New York.

El diseño escenográfico de Gonzálo Córdoba Estévez recrea con muy buen gusto y perfección fotográfica el camarín donde se desarrolla la mayoría de la historia con una estructura giratoria de dos plantas muy broadwayriana.

El trabajo de Natalia del Castillo en dirección, Nico Posse en dirección musical y Verónica Pecollo en coreografías es artesanal, milimétrico, sensible y delicado. La obra mueve fibras muy íntimas en el espectador; le toca el corazón, la nostalgia, sus filosofías y creencias y, de alguna manera, lo hace reír a cada rato con un humor blanco pero que no pierde la sal de la picaresca. El equipo creativo consigue crear este mundo perfecto desde una visión que emociona y abraza.

Personalmente no sé si Gardel y Sinatra se conocieron alguna vez, pero “Cuando Frank conoció a Carlitos” es una obra tan pero tan bella y perfecta que, de todo corazón, espero que así haya sido. Una de las mejores noches de teatro del año; imperdible.

 

Duración: 80´.

 

 

 

FICHA ARTÍSTICO/TÉCNICA

AUTORES

Raúl López Rossi, Gustavo Manuel González

DIRECCIÓN

Natalia del Castillo

DIRECCIÓN MUSICAL

Nico Posse

ELENCO

Oscar Lajad - Alan Madanes - Antonella Misenti

BAILARINES

Victoria Galoto - Ale Andrian - Rodrigo Verón

ENSAMBLE

Carolina Carniglia - Nicolás Di Tondo - Lorenzo Giani - Daniela Gligora – Erika Morales 

ARREGLOS MUSICALES

Nico Posse

MÚSICOS

Teclados / Nico Posse - Guitarra / Hernán Ian - Piano Luka / Giangualani - Piano suplente / Patricia Szilagyi - Bandoneón / Aureliano Mosquera - Bandoneón / Martín Bogado - Violín / Ruth Gerez - Violín / Santiago Moore - Violín / Ariel Nuñez - Contrabajo / Shania Díaz

SUPERVISIÓN ORQUESTA AEROPUERTOS ARGENTINOS

Néstor Tedesco

PRODUCCIÓN GENERAL

Gustavo Manuel Gonzáles, Raúl López Rossi, Héctor Cavallero

(Curioso Entertainment)

PRODUCCIÓN EJECUTIVA

Laura Manganelli Zuviri y Nicolás Cavallero

 

Diseño de escenografía Gonzalo Córdoba Estévez

Escenógrafa asociada Julieta Kompel

Asistente de dirección Iñaki Agustín

Coreografía Verónica Pecollo

Asistente de coreografía Pamela Peker

Asesoramiento coreográfico de tango Victoria Galoto, Ale Andrian

Diseño de sonido Eugenio Mellano Lanfranco

Diseño de iluminación Ariel Gato Ponce, Leandro Fretes

Vestuario Analía Morales, Jorge López

Coach vocal Flo D´Elía

Stage manager Florencia Galano

 

PRENSA

Varas Otero

 

 

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“Rufianes”, de Juan Ignacio López, Juan José Marco y Marcos Rauch. Dir. Marcos Rauch.

 

“Rufianes”, de Juan Ignacio López, Juan José Marco y Marcos Rauch. Dir. Marcos Rauch.

En Teatro La Plaza (Avenida Corrientes 1280– CABA) – Miércoles 20.30 hs.

por Alberto Maffía

 

 

            Hay algo en esta obra que conmueve y se nos planta en el medio del pecho; cada texto, cada acorde, cada nota y cada compás le está narrando a los espectadores su propia historia. Porque los personajes son rufianes y no gangsters, porque sus inmigrantes son italianos y españoles como nuestros abuelos y bisabuelos, porque ellos juegan al truco y no al póker, y ellas se pasean por el rosarino Boulevard Oroño y no por la Quinta Avenida o Champs Elysees. Y el tango y la milonga resuenan a cada momento, dándole al programa un único y original ser nacional. Y porque la única épica que existe en teatro musical no es sólo la de “Les Miz” y “Hamilton”… ¡“Rufianes” está de regreso y esta vez en plena calle Corrientes!

Juan y Rosa, en el contexto de la mafia de los años 30,  se enamoran pero viven un amor imposible. Rosa es una esclava de la prostitución manejada por la mafia siciliana de Rosario. Juan viene de Italia a seguir los pasos de su hermano Romano, creyéndolo un trabajador honrado, pero descubre que es uno de los líderes de esa mafia. Entonces su amor por Rosa provoca que Juan se le enfrente, trepando a los distintos escalafones de la mafia para destruirla desde sus entrañas y luchando por la liberación y el amor de Rosa.

El trío protagónico conformado por Nacho Pérez Cortés, Dai Fernández y Felipe Paissanidis es brillante; maestría en canto, baile y actuación, y destacadísima química entre los tres. Leo Trento es un señor de las tablas, su composición de capo mafioso es más que perfecta; tal es así que a pesar de la perversidad de su criatura, de todas maneras y en algunas ocasiones hasta consigue despertar risas en la platea. Mica Romano reina como siempre, y esta vez lo hace personificando a una madama de voz potente, sensuales movimientos e impecable pisada escénica. Uri Buk realiza un muy interesante trabajo en la composición de un periodista que se debate entre su profesión, la verdad y las amenazas. Un lujo también cada vez que las pipistrelas interpretan un número musical; profesionalísimas Morena Sánchez, Marcia Rubido, Luli Tanco, Evelyn Basile, Lucila Muiño y Micaela Barber Clas – energía, voz y baile al mil por ciento (“Hey Big Spender, volvete a tu casa, ya no te necesitamos”).

“Rufianes” es un clásico, la obra fanatiza y voy a dar mi humilde opinión del por qué. Cada vez que suenan los temas originales de Juan Ignacio López en música y Luis Longhi en letras, con sus armónicas bases tangueras, ejecutados tan sinfónicamente por una impecable banda en vivo, interpretadas por ese elencazo y (señores, en esta parte casi hay que ponerse de pie) con las magistrales coreografías – tan poderosas, tan sanguíneas, todo el real dolor y la pasión del tango habita en ellas – de Juan José Marco, el teatro estalla y desde la butaca te quedás sin aliento.

Muy bien vestuario, maquillaje, peinados y escenografía; la década del 30 estaba realmente en escena.

“Rufianes” es una obra inmensa y llena de detalles, todo muy bien resuelto por la mirada de su director Marcos Rauch, quien deja huella con esta epopeya musical maravillosamente contada.

Porque nuestras historias no abundan en los musicales, y menos con tanto tango contando, “Rufianes” es la obra que te abraza el corazón argento, llenándolo al compás del 2x4 de toda nuestra nostalgia y toda nuestra pasión.

 

 

PREMIOS

Mejor Música Original Premio ARGENTORES

Mejor Coreografía Premios HUGO

Mejor Intérprete Masculino en Musical Premios HUGO

Mejor Interpretación Masculina en Ensamble Premios HUGO

 

Duración: 100´.

 

 

 

Ficha artística y técnica

Idea: Juan Ignacio López, Juan José Marco, Marcos Rauch

Libro: Marcelo Camaño

Letras: Luis Longhi

Dirección musical: Juan Ignacio López

Dirección coreográfica: Juan José Marco

Dirección: Marcos Rauch

 

Actúan: Nacho Pérez Cortés, Daiana Fernández, Felipe Paissanidis, Leo Trento, Micaela Romano, Facundo Massuco, Uriel Buk, Sebastián Ziliotto, Nicolás Repetto, Micaela Barber Clas, Morena Sanchez, Marcia Rubido, Evelyn Basile, Lucia Tanco, Gonzalo Gerber, Ernesto “Tito” Díaz, Lucila Muiño, Lucas Noda.

 

Músicos: Roberto Saver, Rodrigo Clavell, Juan Ignacio López, Luigi Raponi, Emanuel Teper, Jessica Juarez

Música original: Juan Ignacio López

Diseño Maquillaje y Peinado: Coni Montin

Diseño de escenografía: Giuliano Benedetti

Diseño de luces: Leandro Fretes

Diseño de vestuario: Nelida Bellomo

Diseño de sonido: Santiago Questa

Diseño gráfico: DRAMA

Realización escenográfica: Giuliano Benedetti

Vestuario: Carolina Jazmin Schiavo

Asistencia de dirección: Victoria Rauch

Reposición coreográfica: Marcelo Amante

Asistencia coreográfica/Dance captain: Micaela Barber Clas

Coreógrafo adjunto: Nacho González Cano.

Asistente de Peinado: Rubí Marí Luciana Goldberg

Stage de Piso: Juliana Díaz

Asistente de Producción: Guido Vater

Stage Manager: Milagros Polledo

Fotografía: Nacho Lunadei

Prensa: BMZ Comunicaciones

Coordinadora de Prensa: Vero Larrea

Coordinadora de Comunicación: Alejandra Pérez

 

Producción general: MAHAS y Majo Romero para OH-TERO Producciones

 

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“Alicia [Alice by Heart]”, de Steven Sater y Duncan Sheik. Dir. Julio Panno.

 

“Alicia [Alice by Heart]”, de Steven Sater y Duncan Sheik. Dir. Julio Panno.

En Teatro La Plaza (Avenida Corrientes 1280– CABA) – de Viernes a Domingo.

por Alberto Maffía

 

            A veces la realidad duele tanto pero tanto que la mera evasión del aquí y ahora se transforma en una muy seductora solución. ¿Pero qué pasa cuando nos damos cuenta de que tal vez dentro de lo onírico se ha filtrado algo de la mochila real?, ¿o qué sucede cuando descubrimos que hasta dentro del mundo concreto se puede introducir sin permiso algo de magia y ensueño? No es lo mismo realidad que terrenalidad, y tal vez el exceso de este último sea el verdadero y único problema. “Alicia [Alice by Heart]” se pregunta honestamente hasta dónde conviene dejarse caer en un sueño de verdad, y todo relatado dentro del más bello de los cuentos para adultos jamás contado.

            Alicia se encuentra, junto con otros refugiados, en un improvisado hospital de campaña en el interior de un teatro abandonado mientras puertas afuera impera el caos de un conflicto bélico indeterminado. Su texto literario preferido, “Alicia en el país de las maravillas”, tal vez sirva de paliativo ante tanto dolor. La protagonista se sumerge en la conocida historia al tiempo que la fábula intenta colarse dentro de la vida real.

            El texto de Steven Sater es emoción pura. De manera delicada, el autor enhebra literatura, ensoñación y realismo en una única y homogénea cosmovisión. Las canciones, con música de Dunkan Sheik, son todos hitazos conmovedores, ya sea por su fuerza, humor, romanticismo o dolor.

            Los doce protagonistas son una sinfonía de talento. Agostina Becco es Alicia, perfecta en la candidez de su voz y poseedora de la fortaleza emotiva necesaria para ser la heroína de esta historia. Julián Rubino brilla; artista que siempre está estupendo y que acá realiza un trabajo sublime – con movimientos y contoneos literalmente hipnóticos compone a La Oruga más psicodélica que ha tenido esta historia desde que Lewis Carrol la imaginó en 1865. Mica Romano, una reina en todos los sentidos, es la potencia y la locura de La Reina de Corazones en su mejor expresión. Hermoso ver a Ángel Hernández pisar el escenario con la versatilidad que arrastra desde el Rent del 2008, esta vez en el papel de una desopilante Duquesa de voz impecable y humor agudísimo. Nicolás Martínez realiza una puntillosa labor artesanal; está casi siempre en escena pero con diferentes personajes y cambiando registros con una facilidad asombrosa, incluso desde lo vocal. Valentín Zaninelli conmueve desde su indefenso Fran y su pícaro Conejo Blanco al tiempo que deslumbra con su voz.

            Perfecta ejecución de la banda en vivo a cargo del maestro Gaspar Scabuzzo. Las coreografías de Verónica Pecollo son excelentes, diferenciando bien ambos mundos en sus diferentes matices y, sobre todo, en el armado de la corporeidad animal – ver los movimientos de pájaros, gatos, orugas, liebres y conejos es realmente poético. El vestuario casi simbólico, a cargo de Mariana Seropi, refleja cabalmente el hambre de la guerra y la magia del país de las maravillas. Muy buenos climas genera el diseño de luces de Leo Muñoz.

Julio Panno (director de “Una película sin Julie”, “Casi normales”, “Once”, “El gran final” y “Tango corrupto”) ha conseguido contar una historia dolorosa pero dotándola de magia, música y esperanza. Su mirada integral y experta se advierte en el sinnúmero de aciertos artísticos de esta magnífica puesta (no busquen ni un defecto porque no lo van a encontrar).

Porque los adultos también necesitamos que ocasionalmente nos lean o interpreten un cuento, “Alicia [Alice by Heart]” es el musical imprescindible para aquellos que desde hace ya bastante tiempo hemos dejado de escuchar la mítica frase… érase una vez.

           

Duración: 95´.

 

FICHA ARTÍSTICA&TÉCNICA

 

ELENCO:

Agostina Becco - Walter Canella - Hernán Castelli - Ángel Hernández - Agustín Iannone - Julian Rubino - Nicolás Martínez - Ro Noziglia - Mica Romano - Sofía Val - Bárbara Willis - Valentín Zaninelli

TEXTO:

Steven Sater

MÚSICA:

Duncan Sheik

PRODUCCIÓN GENERAL:

Raúl S. Algán (Algán), Luli Brindisi y Franco Castronuovo (Franca’s)

TRADUCCIÓN: Antonella Cicconi y Alexia Polasky

ADAPTACIÓN: Julio Panno y Ro Noziglia

DIRECCIÓN GENERAL: Julio Panno

DIRECCIÓN MUSICAL: Gaspar Scabuzzo

DIRECCIÓN VOCAL: Florencia Carchak

COREOGRAFÍA: Verónica Pecollo

ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: Miriam Costamagna

ASISTENCIA DE COREOGRAFÍA: Natalia Ferreira

PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Camila Pérsico

ASISTENTES DE PRODUCCIÓN:

Mercedes Villegas - Estanislao Molteni Zein - Felicitas Carman

DISEÑO DE VESTUARIO: Mariana Seropi

DISEÑO DE MAKE-UP: Sole Capano Pérez

DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA: Isabel Gual

DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Leo Muñoz y Julio Panno

DISEÑO DE SONIDO: Gastón Briski

DISEÑO AUDIOVISUAL: Agustín Iannone

PRODUCCIÓN TÉCNICA: Carolina Perrotta

STAGE MANAGER: Miriam Costamagna

COMMUNITY MANAGER: Aldana Carretino

COMUNICACIÓN: Luli Brindisi - Santiago Cano Moffat

PRENSA: Varas/Otero

 

 

Alberto Maffía

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