“FitzRoy - Secretos de montaña”, de Jordi Galcerán. Dir.
Mariana Chaud.
En
Teatro Metropolitan (Avenida
Corrientes 1343– CABA) – de Jueves a Domingos.
por Alberto Maffía
Estimado Sr./a Lector/a: si le propongo nombrar obras de
teatro cuya temática sea “grupo de mujeres en conflicto reunidas en un mismo espacio”
seguro se le vienen, mínimo, diez títulos a la cabeza. Ya sea que estén en el
mítico living, en un balcón o en una peluquería, usted las recuerda glamorosas,
luciendo vestidos de diseñador y con una copa de malbec o champagne en la mano
que se sacude como una coctelera mientras una le recrimina a la otra
haberle asesinado a su hámster cuando estaban en salita verde. Soy admirador
del género; desde “La casa de Bernarda Alba” hasta acá lo he visto y disfrutado
todo en amorosa repitencia. Pero el mundo evoluciona y esta vez llegó lo nuevo;
prepárense para lo que nunca antes han visto: en “FitzRoy – Secretos de montaña”
esta vez las amigas se abrazan, se traicionan y se cuentan chistes en el medio
de un ascenso de montaña a mil setecientos metros de altura y enfundadas en un
paquetísimo outfit escalador.
Cuatro amigas están a media
ascensión del FitzRoy, una montaña situada en el campo de hielo de la Patagonia
Sur, en una travesía jamás alcanzada por una cordada femenina. Decididas a
lograr este desafío, encuentran que hay historias secretas no resueltas que
deberán superar para poder hacer posible este reto.
La inteligentísima y sorprendente dramaturgia
es del inteligentísimo y sorprendente Jordi Galcerán. Este autor maneja una
filosa y ácida mirada sobre la naturaleza humana, tal vez más realista que lo que
uno, como representante del género, quisiera ver. Y también es un maestro a la
hora de instalar un inesperado y perfecto plot twist; de su pluma salieron
genialidades como “El método Grönholm” o el muy original juego de quién es el gato y quién el ratón de “Palabras
encadenadas”. En “FitzRoy” también
nos deja boquiabiertos con la sorpresa; cuatro mujeres persiguiendo un sueño y
corriendo una aventura, todo es idílico en un marco de belleza natural, hasta que de a
poquito se van sumando mentiras, miedos, ocultamientos y traiciones, todo en
perfecto correlato y protagonizado por cuatro inmensas.
El trabajo de Leonora Balcarce, Mara
Bestelli, Laura Novoa y Romina Richi es arrollador; las cuatro actúan con
perfecto realismo los sentimientos que se van desenmascarando al tiempo que
interpretan la fuerza de la montaña: mientras desnudan su corazón o escupen
verdades, tienen frío, pierden el equilibrio o revisan los amarres que las
mantienen seguras en las alturas.
La producción de Diego Romay ha cuidado
todos los detalles: la montaña realmente estaba ahí, en un perfecto y natural
diseño de Rodrigo González Garillo, acertadísimos insert sonoros desde el
diseño de sonido de Dani Vach, y hasta tuvimos el lujo de poder escuchar la voz
en off de Mariano Chiesa en la piel del único personaje secundario pero clave
para la historia.
Dirige Mariana Chaud, con experto
manejo del ritmo de una historia que no decae nunca, yendo desde la
exteriorización del humor a la confesión más íntima y el dolor más conmovedor.
Un texto buenísimo, cuatro actrices
de la hostia, una producción impecable y una experta dirección; sin lugar a
dudas, esta temporada hay que ver “FitzRoy – Secretos de montaña”.
Duración: 70´.
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia
Jordi
Galcerán
Actúan
Leonora
Balcarce – Mara Bestelli – Laura Novoa – Romina Richi
Prensa
Alejandro
Veroutis
Producción
Diego
Romay
Dirección
Mariana
Chaud.
Alberto Maffía
para “AMC CRÍTICA TEATRAL”
https://amcriticateatralbaires.blogspot.com
contacto: escenateatro73@gmail.com
instagram: @amcriticateatral
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